LA VERDADERA JUSTICIA.


“Mas el que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.” (Romanos 4:5)

No podemos producir justicia por medio de simplemente pensar de las buenas obras; tenemos que poner esos pensamientos por obra. Por ejemplo, en lugar de solo pensar de ser amable con alguien, en realidad hay que hacer algo amable. Será para nuestro propio dolor si tratamos de ser justos por dentro sin hacer justicia por fuera. Con demasiada frecuencia hacemos lo que nos agrada a nosotros mismos en lugar de hacer lo que sabemos que es la voluntad de Dios. "Dichosos los que guardan juicio, los que hacen justicia en todo tiempo" (Salmo 106:3). La carne es débil, pero Dios nos da la fuerza necesaria para hacer su voluntad cuando ese es nuestro enfoque.

Miqueas 6:8 nos da el patrón de la justicia. "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia y humillarte ante tu Dios." Nadie puede tener la aprobación de Dios a menos que esté viviendo en la justicia.

Isaías 33:15-16 dice: “El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganacnia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oir propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosas malas; éste habitará en las alturas, fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.” Tenemos que recordar que la justicia es un regalo de parte de Dios que nunca se gana haciendo buenas obras. La única manera de alcanzar la justicia es recibirla por fe. Entonces, cuando tenemos un corazón justo, nuestras obras serán justas, porque un corazón justo no producirá obras injustas. "Hijitos, nadie os engañe, el que hace justicia es justo, cómo él es justo.” (1 Juan 3:7)

Las buenas intenciones sin acciones son como nubes sin lluvias.

Pastor Elio Batista (Matanzas, Cuba)