EL PODER DE LA LENGUA

 

Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!” (Santiago 3:5)

La lengua tiene mucho poder para hacer el bien cuando está controlada por el Espíritu Santo, y mucho poder para hacer el mal cuando está dominada por Satanás. Es como un hombre que tiene dos perros que pelean constantemente. Cuando se le pregunta cuál de los dos perros gana las peleas, el hombre responde: "El que yo más alimento". Así también el poder de la lengua depende de los pensamientos que permitimos que influyan en nuestras actitudes y acciones. Cuando Satanás nos sugiere un pensamiento malo, debemos ser diligentes para reemplazarlo con una verdad de la Palabra de Dios. "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros" (Santiago 4:7).

Las palabras que pronunciamos con la lengua tienen el poder de afectar nuestras relaciones. He aquí algunas frases que aprendí hace años: “Ten cuidado con las palabras que pronuncias; que sean suaves y dulces. Nunca sabes de un día para otro cuáles tendrás que tragar.” Muchas personas han tenido que tragarse las palabras amargas que han pronunciado. Que nuestras palabras sean como las que se describen en el Salmo 49:3: “Mi boca hablará sabiduría, y el pensamiento de mi corazón inteligencia”.

¿Qué tan grave es usar el poder de nuestra lengua contra un hermano cristiano? En Santiago 4:11-12 leemos: “Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley... pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?” En Malaquías 3:16 se describe exactamente lo opuesto: “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová”. ¡Aparentemente el poder de la lengua era tan grande que Dios se sintió impulsado a dejar registradas las palabras!

“La muerte y la vida están en el poder de la lengua.” (Proverbios 18:21)


🙏🏼Dios te bendiga.


Pastor Elio Batista. 

Matanzas, Cuba