DIOS AMA A LOS QUEBRANTADOS


“Porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.” (Hebreos 12:6)

Nuestra devoción hacia nuestro Padre celestial debe ser tal que aceptamos voluntariamente su corrección. El verso anterior dice que Él nos disciplina porque nos ama. Cuando reconozcamos esto, su disciplina será más querida que nuestra propia comodidad. Su gran amor nos asegura que lo que Él permita en nuestra vida será lo mejor para nosotros. Algunos acontecimientos trágicos pueden parecer accidentes, y tal vez lo sean. Pero lo que llamamos un accidente puede ser realmente una cita elegida por Dios.

Nuestro propósito en la tierra es glorificar a Dios en lugar de vivir con facilidad y comodidad. Si recordamos esto, con mucho gusto nos resignaremos a la voluntad de Dios y voluntariamente seremos quebrantados a medida que lleguemos a Cristo. "Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará." (Mateo 21:44). Solo aquellos que han sido quebrantados de esta manera entrarán en el reino de Dios. En el ministerio de Cristo, vemos que Él recibió amablemente a aquellos que vinieron a Él de una manera humilde y quebrantada. Pero tuvo fuertes reprensiones para aquellos que eran orgullosos e hipócritas.

"Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu." (Salmo 34:18). Un corazón quebrantado ante Dios tendrá una actitud humilde hacia otras personas. Pablo escribió: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo." (Filipenses 2:3). Y Pedro escribió: "Y todos, sumisos unos a otros." (1 Pedro 5:5) El estar sujeto a otra persona es contra nuestra naturaleza humana. ¡Pero la única manera de tener un lugar en el reino de Dios es ser quebrantado!

“Pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.” (Isaías 66:2)
Su hermano y amigo,
Elio Batista