EL ASEDIO

 

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; 1Pedro 5:8

En esta porsión de las escrituras leemos que el Señor nos exhorta  a ser sobrios y velar.

¿Porque?

Sencillamente porqu “vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.

En muchas ocaciones el enemigo no ataca directamente. Lo que hace es asediar a sus victimas.

¿Que significa asediar?

1. Cercar un lugar fortificado, para impedir que salgan quienes están en él o que reciban socorro de fuera.
2. Presionar insistentemente a alguien.

En la Biblia encontramos a diferentes ejemplos de ese asedio. Leemos en 2 Reyes 6: 25. “Y hubo grande hambre en Samaria, teniendo ellos cerco sobre ella; tanto, que la cabeza de un asno era vendida por ochenta piezas de plata, y la cuarta de un cabo de estiércol de palomas por cinco piezas de plata”.

También en 2 Reyes 25 1- 3. “25 Y aconteció á los nueve años de su reinado, en el mes décimo, á los diez del mes, que Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su ejército contra Jerusalem, y cercóla; y levantaron contra ella ingenios alrededor. 2 Y estuvo la ciudad cercada hasta el undécimo año del rey Sedecías. 3 A los nueve del mes prevaleció el hambre en la ciudad, que no hubo pan para el pueblo de la tierra”.

Este asedio el enemigo lo hacía para debilitar una ciudad para despues poder atacar  e invadirla.

Lo mismo hace el enemigo de nuestras almas. Muchas veces estamos esperand que el nos ataque. Pero el no ataca nunca directamente. El es un enemigo astuto. Por eso las escrituras nos manda a velar y ser sobrios. Muchas veces el asedia a sus victimas para despues atacarlos.

De muchas maneras el intenta que las personas no puedan salir de su situación implantando dudas e interogantes en sus mentes. Les hace vivir en temor. Les hace sentirse insignificantes y sin esperanza.

También hace todo lo que esta en su alcance para que no reciban ayuda de afuera. Y constantemente oprime a tales personas.

Cuantos cristianos hoy en día viven hoy en día bajo la opresión del diablo y no saben que hacer.No saben como librarse de esa opresión. Se sienten oprimidos, deprimidos y no saben que hacer.

Lo triste es que cada día que dure este asedio la persona se va debilitando hasta que el enemigo tome control de su vida.

Amados, no podemos dejar que esto ocurra en nuestras vidas. No podemos dejar que el enemigo ponga asedio alrededor de nuestras vidas. No es tiempo de dormir, es tiempo de velar.

1 Tesalonicenses 5:6 nos dice: “Por tanto, no durmamos como los demás; antes velemos y seamos sobrios.”

Hagamos lo que Nehemías hizo cuando Sanballat intentó atacar a Jerusaén.” Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos, y los matemos, y hagamos cesar la obra. 12 Sucedió empero, que como vinieron los Judíos que habitaban entre ellos, nos dieron aviso diez veces de todos los lugares de donde volvían á nosotros. 13 Entonces puse por los bajos del lugar, detrás del muro, en las alturas de los peñascos, puse el pueblo por familias con sus espadas, con sus lanzas, y con sus arcos. 14 Después miré, y levantéme, y dije á los principales y á los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos: acordaos del Seños grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras mujeres y por vuestras casas. 15 Y sucedió que como oyeron nuestros enemigos que lo habíamos entendido, Dios disipó el consejo de ellos, y volvímonos todos al muro, cada uno á su obra.16 Mas fué que desde aquel día la mitad de los mancebos trabajaba en la obra, y la otra mitad de ellos tenía lanzas y escudos, y arcos, y corazas; y los príncipes estaban tras toda la casa de Judá. 17 Los que edificaban en el muro, y los que llevaban cargas y los que cargaban, con la una mano trabajaban en la obra, y en la otra tenían la espada. 18 Porque los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida á sus lomos, y así edificaban y el que tocaba la trompeta estaba junto á mí.” Nehemías 4: 11-18.

Amados, Oremos y Velemos y el Señor nos dará siempre la victoria.

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