LOS COLABORADORES

 

Cuando el crecimiento de la iglesia lo amerite, conviene que cada iglesia local tenga un cuerpo de colaboradores o diáconos, que estará compuesto por el pastor, que será su presidente, y de tres a cinco personas de ambos sexos, no habiendo más hermanas que hermanos, quienes serán establecidos según lo estipulado en la lección anterior, párrafo tres.

Este cuerpo de Colaboradores trabajará por la buena marcha de todas las actividades de la iglesia y por su desarrollo espiritual, numérico y material (Hechos 6:3; Tito 1:5; Efesios 4:11-14). Visitarán los enfermos cuidarán del aseo y del ornato de la casa de Dios y realizarán toda labor que el pastor les encomendare tendiente al adelanto de la obra.

El colaborador o diácono será reconocido por su firmeza, consagración y madurez espiritual (1 Timoteo 3:8-13).

De entre los colaboradores, el pastor, conforme lo estipulado en la lección anterior, párrafo tres, nombrará un secretario y un tesorero, o un secretario-tesorero. El secretario redactará las actas de las reuniones de negocios de la iglesia y todo lo relacionado con ese departamento. El tesorero mantendrá una relación de las entradas y salidas financieras de la iglesia, para ser informado cuando fuere estipulado.

El cuerpo de colaboradores, presidido siempre por el pastor, actuará como comité de disciplina.

 

PREGUNTAS

  1. ¿Por quiénes estará compuesto el cuerpo de colaboradores?
  2. ¿Cuáles son sus responsabilidades?
  3. ¿Cómo deben ser los colaboradores o diáconos?