DENUNCIA AL MUNDO SU PECADO

 

En el libro de Genesis leemos: “Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron criados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, Y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese: porque aun no había Jehová Dios hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra; Mas subía de la tierra un vapor, que regaba toda la faz de la tierra. Formó, pues, Jehová Dios al hombre del polvo de la tierra, y alentó en su nariz soplo de vida; y fué el hombre en alma viviente.” Genesis 2:4-7

“Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera”..... Genesis 1:31

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él. Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y trájolas á Adam, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adam llamó á los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adam nombres á toda bestia y ave de los cielos y á todo animal del campo: mas para Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él. Y Jehová Dios hizo caer sueño sobre Adam, y se quedó dormido: entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar; Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y trájola al hombre. Y dijo Adam: Esto es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne: ésta será llamada Varona, porque del varón fué tomada. Por tanto, dejará el hombre á su padre y á su madre, y allegarse ha á su mujer, y serán una sola carne”. Genesis 2:18-24

Todo lo que Dios había hecho era perfecto. Así también en la creación del hombre y la mujer.

Dios le dió al hombre una ayuda idonea y los unió en matrimonio.

El matrimonio de un hombre y una mujer es una institución divina. Es la unión por toda la vida de un hombre y una mujer, para venir a ser “una sola carne”, para asegurar la perpetuidad y la felicidad de la raza humana. El matrimonio pues es la base y fundamento del hogar, de la sociedad y de la nación.

El matrimonio de un hombre y una mujer no es solo una institución divina, pero también es un acto divino. En el primer matrimonio celebrado sobre la tierra Dios mismo intervino. Dice la Biblia: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él. Jehová Dios .... hizo una mujer, y trájola al hombre.” Genesis 2: 18-24.

Es por eso que el enemigo, el diablo,  ataca tanto el matrimonio. El sabe que al destruir la santa institución del matrimonio destruye también un hogar, una sociedad, una nación y así también la raza humana.

La palabra de Dios nos dice: “He aquí, solamente he hallado esto: que Dios hizo al hombre recto, mas ellos buscaron muchas cuentas”. Eclesiastés 7: 29

El ser humano en vez de seguir las directrices que Dios ha establecido para su felicidad y perpetuidad, se ha corrompido en sus propios razonamientos e ideas.

Nos dice la Biblia: “Porque habiendo conocido á Dios, no le glorificaron como á Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fué entenebrecido. Diciéndose ser sabios, se hicieron fatuos, Y trocaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de animales de cuatro pies, y de serpientes. Por lo cual también Dios los entregó á inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de suerte que contaminaron sus cuerpos entre sí mismos: Los cuales mudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sirviendo á las criaturas antes que al Criador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó á afectos vergonzosos; pues aun sus mujeres mudaron el natural uso en el uso que es contra naturaleza: Y del mismo modo también los hombres, dejando el uso natural de las mujeres, se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la recompensa que convino á su extravío. Y como á ellos no les pareció tener á Dios en su noticia, Dios los entregó á una mente depravada, para hacer lo que no conviene, Estando atestados de toda iniquidad, de fornicación, de malicia, de avaricia, de maldad; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engaños, de malignidades; Murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes á los padres, Necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia: Que habiendo entendido el juicio de Dios que los que hacen tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, más aún consienten á los que las hacen”. Romanos 1:21-32

Toda unión inlicita Dios lo abomina.

No te echarás con varón como con mujer: es abominación”. Levíticos 18:22

Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él; ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él: es confusión”. Levitocos 18: 23

La palabra de Dios es clara en cuanto los actos de homosexualismo, lesbianismo y bestialismo. Es una abominación en los ojos de Dios. Dios lo repudia.

Tristemente vemos en nuestros días como estos actos abominables se estan múltiplicando con el consentimiento y aprobación de los gobiernos. Mas y mas naciones estan permitiendo la unión entre hombres con hombres y mujer con mujer. Permitiendo también la adopción de niños. Esto es contra la naturaleza y en contra la santa palabra de Dios. Trajendo así juicio de Dios sobre sus vidas.

Las iglesias, predicadores, pastores y ministros de Dios tienen la responsabilidad de denunciar todos estos actos abominables.

Miqueas 3: 8 nos dice: “Yo empero estoy lleno de fuerza del espíritu de Jehová, y de juicio, y de fortaleza, para denunciar á Jacob su rebelión, y á Israel su pecado.”

Como Miqueas el Señor nos manda a denunciar al mundo su pecado y no quedarnos callados.

Sí, yo se al hacer esto conlleva que seremos odiados y perseguidos. Mas no estamos en esta tierra para agradar al hombre sino mas bien para agradar a Aquel que nos ha salvado y rescatado de todas estas cosas.

Juan el bautista abrió su boca denunciado a Herodes su pecado. Esto le costo la carcel y luego la muerte.

¿Estamos nosotros dispuestos a hacer los mismo?

Así como predicamos en contra de la mentira, el robo, la borachera, el adulterio y la fornicación, ¿Estamos dispuestos también a predicar en contra del homosexualismo y lesbianismo? Pecados que estan causando extragos y ruina a la raza humana?

¿Estamos dispuestos, así como los profetas de Dios en la antiguedad, con el peligro de perder la vida a denunciar al mundo sus pecados?

Amados, Dios nos manda a ser luz en las tinieblas. Una antorcha que ilumina para guiar al pecador al Salvador Jesucristo.

Se que a algunos, aún en las iglesias, nos les gustará este mensaje, más es lo que el mundo necesita.

Hechos 17: 30 dice: “Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia á todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan:”

Y juntamente con Dios denunciamos a todo pecador que se arrepientan de sus pecados. Para que sean salvos y tengan la vida eterna.

Dios es un Dios perdonador. El envió a su Hijo Jesucristo a dar su vida en la cruz para todos nosotros ser salvos.

La palabra de Dios nos dice en Juan 3: 16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Y también en Hechos 2: 38-40: “Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación”.

“Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor,” Hechos 3: 19

Y a nosotros como ministros de Dios nos dice la palabra: “Que prediques la palabra; que instes á tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende; exhorta con toda paciencia y doctrina.” 2 Timoteo 4:2

La venida del Señor se acerca. Hagamos el trabajo del Señor con gozo y fidelidad sabiendo que del Señor reciberemos la recompensa.