Confiando en El Señor en Tiempos Difíciles
2 Crónicas 20:1-30
La vida puede traernos grandes desafíos y dificultades algunos de los cuales pueden parecer casi insufribles. Quizás usted está enfrentando una prueba importante aun ahora como una enfermedad, la muerte de un ser amado, una dificultad financiera, una relación rota, una injusticia, persecución, soledad, problemas emocionales, un hijo descarriado, desempleo... en ese caso, yo le pido que considere conmigo algunas de las maneras que usted puede recibir la ayuda y paz del Señor durante este tiempo de prueba. En particular, yo le animo a que usted considere el ejemplo en 2 Crónicas 20:1-30 de Josafat, el rey de Judá, cuando enfrentó un enemigo aplastante y la gran victoria que encontró volviéndose al Señor y confiando en Él.
El enemigo de Josafat era un inmenso ejército que había venido a hacer la guerra contra él. Quizás, a la luz de su propia experiencia con las pruebas, usted puede identificarse prontamente con la gran preocupación de Josafat por esta amenaza inminente - él estaba alarmado (v. 3), aparentemente asustado y descorazonado (vv. 15, 17), y comprendió que no tenía poder para enfrentar este inmenso ejército y no sabía qué hacer (v. 12).
Vuelva Su Enfoque al Señor
Aunque Josafat no sabía enfrentar esta gran amenaza, él sabía que su única esperanza era volverse al Señor para recibir ayuda. Él "humilló su rostro para consultar a Jehová, e hizo pregonar ayuno a todo Judá." (v. 3). Él buscó al Señor y oró: "… No sabemos qué hacer, y a ti volvemos nuestros ojos" (v. 12). Él sabía que aunque él era impotente frente al enemigo, el Señor es imponente en poder: "Jehová, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y dominas sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder que no hay quien te resista?" (v. 6).
Amados, considerando que a usted y a mí nos pueden faltar el conocimiento, comprensión, paciencia, amor, poder y muchas otras características necesarias para superar los problemas de la vida, a nuestro Señor no. Él es más que poderoso para llevarnos a través de cualquier dificultad. Simplemente considere algunos de Sus atributos maravillosos:
Él se preocupa por nosotros y está lleno de compasión hacia nosotros
"Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque él tiene cuidado de vosotros" (1 Pedro 5:7); "Que por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias; nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad!…" (Lamenaciones. 3:22-23); "Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en él confían." (Nahum. 1:7).
Él nos conoce y obra para hacer lo que es mejor para nosotros
"Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos, pues aún no está la palabra en mi lengua y ya tú, Jehová, la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano." (Psa. 139:1-5);
"Y nosotros sabemos que en todas las cosas Dios trabaja para el bueno de aquéllos que lo aman…" (Romanos. 8:28).
Él es Todopoderoso y puede ayudarnos
"¡Ah, Señor Jehová!, tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido. Nada hay que sea difícil para ti." (Jer. 32:17);
"Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros" (Efesios 3:20).
Él es fidedigno y fiel para ayudarnos "…
¡Grande es tu fidelidad!" "Mi porción es Jehová; por tanto, en él esperaré’" (Lamenaciones. 3:23-24); "
… Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal." (2 Tessalonicenses. 3:3).
Él siempre está con nosotros
"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones" (Sal. 46:1);
Dios ha dicho, "No te desampararé ni te dejaré" (Heb. 13:5).
El Señor solo es nuestra roca, nuestra salvación y nuestra fortaleza, y podemos confiar en Él en todo momento (Salmo. 62:6-8).
Que Él se levante, y que Sus enemigos sean esparcidos (Salmo. 68:1).
Busque la Palabra del Señor
Cuando Josafat empezó a buscar al Señor, llegó a un punto retorno mientras el Señor compartió una palabra especial con él y con el pueblo. El Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel y él declaró al rey y al pueblo: "Jehová os dice así: ‘No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; mirad, ellos subirán por la cuesta de Sis y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No tendréis que pelear vosotros en esta ocasión; apostaos y quedaos quietos; veréis como la salvación de Jehová vendrá sobre vosotros. Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Jehová estará con vosotros’". (vv. 14-17).
En la contestación a esta palabra especial del Señor, "Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y también todo Judá y los habitantes de Jerusalén se postraron ante Jehová para adorar a Jehová. Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré para alabar con gran clamor a Jehová, el Dios de Israel." (vv. 18-19).
El rey también animó al pueblo para pusiera su confianza en el Señor y en Su palabra: "Oídme, Judá y habitantes de Jerusalén. Creed en Jehová, vuestro Dios y estaréis seguros; creed a sus profetas y seréis prosperados" (v. 20).
Algo muy especial pasa en nuestras vidas cuando el Señor comparte Su Palabra con nosotros en medio de una gran dificultad. Cuando tenemos comunión con Él a través de Su Palabra durante estos tiempos de prueba, Él tiene gracia para permitirnos que Sus promesas a nosotros penetren profundamente en nuestros corazones y mentes y nos traigan estímulo, fuerza, paz, consuelo y esperanza. Por ejemplo, cuántos de nosotros hemos sido ayudados grandemente en tiempos de problemas por pasajes como éstos:
"Jehová es mi pastor, nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por largos días." (Salmo 23).
"Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus maldades, el que sana todas tus dolencias, el que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias, el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila" (Salmo 103:2-5).
"… el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra. No desfallece ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance. Él da esfuerzo al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; mas los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán." (Isaías. 40:28-31).
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." (Isaías. 41:10).
"Estad quietos y conoced que yo soy Dios" (Salmo 46:10).
"Confía en Jehová con todo tu corazón y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos y él hará derechas tus veredas" (Proverbios. 3:5-6).
"No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios; creed también en mí" (San Juan 14:1).
"… Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad." (2 Corintios. 12:9)
"Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús." (Filipenses. 4:19).
"Claman los justos, y Jehová oye y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón y salva a los contritos de espíritu" (Salmo 34:17-18).
"Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. No dará tu pie al resbaladero ni se dormirá el que te guarda. Por cierto, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel. Jehová es tu guardador, Jehová es tu sombra a tu mano derecha. El sol no te fatigará de día ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal, él guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre" (Salmo 121:2-8).
"Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios." (2 Corintios 1:3-4).
"Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová y él me respondió desde su monte santo. Selah Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba." (Salmo 3:3-5).
"Mas yo en ti, Jehová, confío; digo: ‘¡Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos!’ Líbrame de manos de mis enemigos y de mis perseguidores. …" (Salmo 31:14-15).
"Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y protección es su verdad." (Salmo 91:4).
"Cuando atravieses por las aguas, yo estaré contigo…" (Isaías 43:2).
Amigo, siempre que se encuentre en una gran dificultad, permítale al Señor ministrarle a través de Su Palabra. Permítale a través de Su Palabra recordarle de Su amor profundo, Su poder imponente y Sus promesas maravillosas hacia usted. Permita que esa Palabra penetre en su vida y profundice su confianza en Él. Encuentre la ayuda extraordinaria que viene cuando Él le habla a través de Su Palabra.
Sea Obediente al Señor
Aunque el Señor prometió pelear la batalla para Josafat y su pueblo y entregarles este inmenso ejército, no obstante Él esperaba algunos pasos de obediencia de ellos. Ellos debían marchar contra este ejército y tomar sus posiciones contra el enemigo y estar firmes (vv. 16-17). El Señor les prometió que cuando ellos siguieran estas instrucciones, ellos le verían que les entregaba su enemigo (v. 17).
Una pregunta importante para hacerse en medio del problema es que si hay algo que el Señor está pidiéndole que haga. ¿Él está pidiéndole que se arrepienta de algún pecado? Para hacer restitución? ¿Qué trague su orgullo? ¿Qué permita que se vaya el odio, celos y envidia? ¿Qué perdone a alguien que le ha hecho mal? ¿Qué pida a alguien perdón a quien usted ha hecho mal? ¿Qué busque consejo? ¿Qué sea más honesto con Él y con otros? ¿Qué se deje de preocupar? ¿Qué sea más cuidadoso con sus palabras? ¿Qué tome más tiempo para escuchar a otros? ¿Qué trabaje más duramente? ¿Qué trabaje menos? ¿Qué practique más la generosidad? ¿Qué esté satisfecho con menos? ¿Qué pase más tiempo con otros? ¿Qué pase más tiempo con Él y con Su Palabra? ¿Qué interceda más fielmente con otros? Hay mucha verdad en las palabras de un viejo himno: "Obedecer, y confiar en Jesús, es la senda marcada para andar en la luz."
"Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la obedecen" (San Lucas 11:28).
La Alabanza y la acción de gracias al Señor
La historia de Josafat también señala la importancia de la alabanza y acción de gracias que ofrecemos al Señor. Por ejemplo, la oración de Josafat ante la asamblea está llena de la alabanza al Señor (vv. 5 y sigs). También, Josafat y el pueblo respondieron al mensaje del Señor a ellos cayendo delante de Él y adorándole (v. 18). Los Levitas respondieron a este mensaje estando de pie y alabándolo con voz muy fuerte (v. 19). Mientras el pueblo marchaba para enfrentar al enemigo, los hombres escogidos por Josafat fueron delante del pueblo para que "cantaran y alabaran a Jehová mientras salía la gente armada, y que dijeran: ‘Glorificad a Jehová, porque su misericordia es para siempre’" (v. 21). Era cuando ellos empezaron a cantar y alabar que el Señor puso emboscadas contra el enemigo (v. 22). Y después de la gran liberación que el Señor proporcionó, todos los hombres de Judá y de Jerusalén, llevados por Josafat, "… regresaron a Jerusalén gozosos, porque Jehová les había colmado de gozo librándolos de sus enemigos. Y entraron en Jerusalén, en la casa de Jehová, con salterios, arpas y trompetas." (vv. 27-28).
Incluso antes de que el Señor empiece a ayudarnos con nuestros problemas, nosotros podemos empezar a alabar y agradecerle Su fidelidad en ayudar a los que claman a Él. Debemos seguir alabando y agradeciéndole cuando Él empieza a obrar, y debemos regocijarnos más en cuanto Él nos lleve a través de nuestro período de problemas. "… Pero yo cantaré de tu poder, alabaré de mañana tu misericordia, porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía, a ti cantaré, porque eres, Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia." (Salmo 59:16-17). Mientras nos deleitamos en Él, Él nos da los deseos de nuestros corazones (Salmo 37:4). "¡Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos! Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón. Con mi cántico lo alabaré." (Salmo 28:6-7).
Reciba Paz y Descansa del Señor
Este episodio en la vida de Josafat acaba con estas palabras, "Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes." (v. 30). Lo que era verdad en el sentido físico para el reino de Josafat, también puede ser verdad en un sentido espiritual en nuestras vidas. El Señor es Uno que puede entregarnos a nuestros enemigos y concedernos paz y descanso: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (San Mateo 11:28).
Mientras nos acercamos al Señor, podemos soltar la ansiedad y recibir la paz de Dios que transciende nuestro entendimiento y que guardemos nuestros corazones y nuestras mentes en Cristo Jesús (Filipenses. 4:5-7).
La presencia del Señor, la paz y el descanso son tan maravillosos que nos sostienen a través de incluso las pruebas más difíciles. Después de todo, "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?" (Romanos 8:31). Podemos descansar seguros "… que ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni principados ni potestades, ni lo presente ni lo por venir, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro." (Romanos 8:38-39).
"Jehová es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado. Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová y para buscarlo en su Templo. Él me esconderá en su Tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su Tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. ¡Oye, Jehová, mi voz con que a ti clamo! ¡Ten misericordia de mí y respóndeme! Mi corazón ha dicho de ti: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Jehová; ¡no escondas tu rostro de mí! ¡No apartes con ira a tu siervo! ¡Mi ayuda has sido! Dios de mi salvación. No me dejes ni me desampares, Aunque mi padre y mi madre me dejen, con todo, Jehová me recogerá. Enséñame, Jehová, tu camino y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis enemigos, porque se han levantado contra mí testigos falsos y los que respiran crueldad. Hubiera yo desmayado, si no creyera que he de ver la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. ¡Espera en Jehová! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera en Jehová!" (Salmo 27:1-14).