LA SAL

 

“Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres..” Mateo 5:13

 

La sal en la Biblia: significado

Conocer los usos que antiguamente se le daba a la sal es fundamental para entender su significado bíblico. Por ello en este artículo comenzaremos mencionando las principales formas en las que se utilizaba este importante elemento en tiempos de la Biblia y luego hablaremos de su significado simbólico o espiritual.

 

El uso de la sal en la antigüedad

Hoy en día pensamos en la sal solo como un sazonador para nuestros alimentos, pero en la antigüedad la sal tenía más de 14.000 usos. A lo largo de la Historia, la sal ha sido utilizada para casi todo, desde derretir hielo hasta relajar los músculos.

Los antiguos se dieron cuenta que la vida no podía existir sin la sal, por lo que llegó a utilizarse como moneda y hasta provocó guerras.


Hay más de treinta referencias en la Biblia acerca de la sal, incluido el infame momento en el que la esposa de Lot es convertida en memorial de sal por haber volteado hacia Sodoma en el momento de su destrucción (Génesis 19:26). Pero concretamente el uso preferido de la Palabra es el preservador: al contrario de la levadura, la cual corrompe la masa con la que se hace el pan, la sal era utilizada como preservante de alimentos. Cabe recordar que antes no disponían de refrigeradores eléctricos como hoy día, así que usaban la sal para detener el proceso de descomposición de la comida.

 

Otro uso de la sal mencionado en los evangelios por el Señor Jesucristo es el sanador y antiséptico.

De tal manera que cuando le dice a la iglesia “ustedes son la sal de la tierra” está diciendo que nosotros detenemos el proceso de descomposición de la humanidad, al mismo tiempo que le traemos sanidad, esto es, salvación.

 

Si la sal dejare de ser salada

Vosotros sois la sal de la tierra; Pero si la sal pierde su sabor, ¿Con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Mateo 5:13-14

 

De la misma manera en que la sal era usada para detener el proceso corruptivo en los alimentos, así también nosotros, la iglesia, detenemos con nuestra presencia la descomposición de nuestra sociedad. Sin embargo la sal también puede entrar en proceso de descomposición. Uno de los síntomas que da la sal cuando comienza a corromperse es que pierde su sabor. 

 

Si la iglesia comienza a participar del mismo proceso corruptivo le pasa lo mismo que a la sal cuando deja de ser salada: pierde toda utilidad y razón de ser.

Una vez que la sal perdía definitivamente sus cualidades, o había absorbido humedad volviéndose líquida y sucia, se guardaba para el invierno y se tiraba a la calle, porque en esa época las calles de Jerusalén se cubrían de hielo, y el compuesto salino lo derretía evitando así los resbalones.

Buena es la sal; mas si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír oiga. Lucas 14:34

 

Al ser la sal el elemento purificador por excelencia, resultaba extremadamente absurdo pensar en algo para purificarla.

Así que una vez que la sal comenzaba el proceso de corrupción y ya no se podía usar en los alimentos se echaba a la tierra y ayudaba en su fertilidad, o al muladar, para combatir la inmundicia. Pero ya cuando definitivamente se habían extinguido totalmente sus cualidades purificadoras y solo servía para acumular inmundicia sin ningún miramiento se desechaba.

 

Si la iglesia pierde su santidad y participa en la inmundicia humana (Efesios 5:5-7) también pierde todo su propósito en esta tierra, y sin ninguna contemplación será echada fuera, al lloro y crujir de dientes (Mateo 8:12).

 

La palabra salario proviene de las cantidades de sal que se entregaban como paga a los legionarios romanos. Por su utilidad para la subsistencia diaria, la sal era considerada de gran valor. En la antigüedad para establecer una colonia se aseguraba al abastecimiento de agua y sal. El Mar Muerto proveía cantidades importantes de sal a toda la región, por lo que el control de esa zona era estratégico para Roma.


También las palabras, salud, saludo y salvación tienen su raíz en la sal y esto debido a las propiedades antisépticas y por tanto curativas que tiene.

 

Más usos y significados simbólicos de la sal

En la Biblia hay muchos más usos y significados espirituales o simbólicos de la sal.

 

Anotaciones sobre algunos usos y significados simbólicos de la sal en tiempos bíblicos
Tratando de entender el papel relevante que tenía la sal en los periodos tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento a continuación encontrarás algunas breves anotaciones extras.


El porqué las ofrendas debían llevar sal

Con la sal se purificaban las ofrendas que se llevaban al altar y si acaso las ofrendas no llevaban sal no eran aceptadas por el sacerdote en turno encargado de examinarlas.

 

Por qué las ofrendas debían llevar sal

Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. Marcos 9:49


La sal como elemento purificador

Otro de los usos para lo que se le destinaba era el sanitario, esto es, de sanar las heridas, porque los antiguos descubrieron que la sal también actuaba como un potente purificador.

Quizá hayas escuchado alguna vez la frase figurada «echar sal en la herida». Nos viene de esa antigua práctica de limpiar una herida expuesta echándole sal. Desde luego que el tratamiento era doloroso, pero no había nada más efectivo. Gracias a una rápida intervención se evitaba que la herida se extendiera sanándose por completo. Es precisamente a ese antiguo uso limpiador, que nuestro Señor Jesucristo hace referencia.


Purificación de la ofrenda

Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal. Levítico 2:13


El sacrificio al que nuestro Señor se refiere en este pasaje es la ofrenda que los israelitas llevaban antiguamente al altar en el templo de Jerusalén.

Las ofrendas consistían en alimento. Ya fueran animales o cosechas, todo lo que se ofrendaba era rociado abundantemente con sal para purificarle, esto es, tal como se hacía con las heridas, la comida se rociaba con sal para limpiarla de toda posible corrupción.

Simbolismo de los sacrificios en el altar

Tal como la Palabra nos manda, nosotros los cristianos no estamos llamados a efectuar los ritos de Moisés (Gálatas 3:2-4 / Gálatas 5:3-4), pero sí que es nuestro deber extraer de tales ritos su concerniente significado espiritual y obedecerlos, y si bien ya no llevamos ofrendas al altar como se hacía en el antiguo Israel,  seguimos ofreciendo los mismos sacrificios, pero ahora en forma espiritual:

Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo,para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:5

 

De la misma forma que lo hizo nuestro Señor Jesucristo, quien se ofreció a sí mismo, dándonos ejemplo de la ofrenda que a Dios le agrada, nuestra propia vida:

Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Efesios 5:2


Pero también nuestras buenas obras son ofrendas fragantes agradables a Dios. Ya los profetas se encargaron de enseñarnos que los antiguos sacrificios en el altar, en realidad son símbolos de las buenas obras que los hijos de Dios deben practicar; y que el Señor desea que hagamos las buenas obras que tales sacrificios simbolizan y NO AL REVÉS.

Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. Oseas 6:6

Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. Filipenses 4:18


La sal en la ofrenda es el amor en nuestras buenas obras

De manera que al Señor en realidad no le interesan los sacrificios rituales (1 Samuel 15:21-23 /Salmo 40:6-8 / Salmo 51:16-17 / Proverbios 21:3 / Isaías 1:10-17 / Jeremías 6:19-20 / Amós 5:21-24 / Oseas 4: 6 / Oseas 6:6 / Miqueas 6:6-8), sino que obedecemos su Palabra. Pero hay más: así como las ofrendas del antiguo Israel eran purificadas con sal al ser llevadas al altar, también todas nuestras obras serán sometidas al fuego purificador:

...la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. 1 Corintios 3:13-15


Todas las buenas obras que hagamos, serán probadas por el fuego purificador eliminando de ellas toda corrupción, permaneciendo solo las que HAYAMOS HECHO CON AMOR:

Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve. El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Corintios 13: 3-7


Solo las cosas que hagamos con amor genuino y puro, no fingido y corrupto, esto es, sin ninguna intención oculta o interés en ganar algo con ello, ya sea fama, riquezas terrenales, control sobre la gente, etc. perdurarán, pues solo el amor puro es eterno:

El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. 1 Corintios 13:8


Así que nuestras ofrendas, nuestras buenas obras, deberán espiritualmente llevar sal, lo que significa que deberán estar limpias de la corrupción que son las intenciones ocultas tras de ellas, pues de todos modos, en la otra vida, serán sometidas al fuego purificador del que juzgará nuestras almas.

Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro. 1 Pedro 1:22

...y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras. Apocalipsis 2:23



El porqué las ofrendas no debían llevar ni miel ni levadura

La miel y la levadura también tienen un significado espiritual al cual es necesario prestarle atención para que, como acabamos de leer, nuestras buenas acciones no sean rechazadas por El que las examina.

 

Ninguna ofrenda que ofrecieres al Señor tu Dios será con levadura, porque de ninguna cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para El Señor tu Dios. Levítico 2:11

 

El pasaje de Levítico nos enseña a no poner ni miel ni levadura en nuestra ofrenda, esto es, en la enseñanza o alimento espiritual que llevemos a la iglesia (que simboliza el altar). Esto era así, porque la miel atrae a las moscas que vienen de haberse posado en los deshechos, y una vez ya posadas en la miel, las moscas quedan atrapadas y mueren ahí contaminando toda la ofrenda, no solo con sus propios despojos, sino con los que ya traían embarrados en las patas.

  

Recordemos que el antiguo templo era un lugar en el que se mataban animales, por tanto había toda clase de desechos de estos, estiércol, pellejos, vísceras, etc; como cualquier matadero de hoy en día. Así que inevitablemente las moscas eran huéspedes permanentes, por lo cual se tenía sumo cuidado en el manejo de los alimentos.

De esa manera, tanto la miel como la levadura eran capaces (una indirecta y otra directamente) de fermentar la ofrenda, o sea, la corrompían. Porque si bien la levadura infla la masa dando como resultado un mayor volumen de ésta, también acelera su proceso de descomposición.

 

Símbolo de la levadura

La levadura es la intención oculta con la que los falsos hombres de Dios predican la Palabra.

 

Símbolo de la miel

La miel simboliza el mensaje endulzado a manera que los que lo escuchan no lo rechacen. Es un mensaje lleno de cosas que a la gente le agrada oír pero que no necesariamente es el mensaje de arrepentimiento que El Señor desea que los hombres oigan. Si bien atrapa a los que vienen no para arrepentirse de sus malos hechos, sino para beneficiarse de las promesas de abundancia que les han enseñado en la Palabra, quedan atrapados en un mensaje torcido y mueren espiritualmente en él.


No es algo bueno que un ministerio, en su deseo de alcanzar a más gente, ponga miel y levadura a la enseñanza que imparte. Porque si bien se inflarán espectacularmente como masa a la que se añade levadura, al mismo tiempo comienzan un proceso de descomposición acelerado. Y de enmielar el mensaje ni hablar, pues ya dijimos que solo sirve para atraer montones de gente deseosa de satisfacer sus propios deseos egoístas y sin ningún arrepentimiento de por medio, contaminando a los demás.

 


La sal y el perdón

En la antigüedad la sal también era usada con fines sanitarios. Para ayudar a que una herida sanara se le echaba sal a fin de que se cerrara limpia y rápidamente. El significado espiritual de este uso que se le daba a la sal tiene que ver directamente con perdonar y pedir perdón. ¿Quieres saber por qué?

 

El perdón es saludable para el alma

Otro de los usos que se le daba a la sal en la antigüedad, además del que ya mencionamos de preservar los alimentos, era el salutífero. Para evitar que una herida se hiciera purulenta se le echaba sal y así se le cauterizaba. Claro que el proceso era intenso, pues la sensación que produce la sal en una herida abierta es abrasiva, pero a fin de cuentas, era lo más saludable.

…Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros. Marcos 9:50

 

El significado espiritual de este uso de la sal tiene que ver directamente con perdonar y pedir perdón.

 

El daño que nos causan los seres cercanos a nosotros, y algunos muy queridos inclusive, se nos queda como heridas en el corazón, que si no son tratadas con la sal del Espíritu, se volverán purulentas, y a la larga provocarán que, a su vez, nosotros también causemos daño a otros.

 

O inclusive nosotros mismos quizá habremos dicho o hecho algo que necesita ser reparado. En todo caso el proceso necesariamente tiene que ver con perdonar o ir a pedir perdón.

 

Los hijos de Dios debemos buscar en nuestros corazones escudriñando en ellos si no habrá alguien a quien no hemos perdonado; o quizá todavía haya algo que hace mucho tiempo hicimos y alguien resultó dañado. Sea lo uno o lo otro, solo después de haber actuado en consecuencia, podemos suplicar a Dios que nos perdone nuestras faltas.

 

Como cualquier padre amoroso, el anhelo de Dios es que sus hijos vivan espiritualmente sanos, sin heridas lacerantes en sus corazones. No dejemos pasar otro día más, hoy podemos hacer un pequeño gran milagro, tan solo perdonando o pidiendo perdón.

 

Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. Mateo 5:23-24

 

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas. Mateo 6:14-15

 

 

 

La sal era el símbolo de la permanencia de la Alianza.

La sal se usaba siempre en los contratos incluso hasta el Medievo europeo y, por eso, se llamaban "contratos de sal". Como la sal conserva, impide la putrefacción, es símbolo de eso, cuando se hacía un pacto entre dos se regalaban mutuamente un saco de sal para significar "este pacto es incorruptible". Era la señal de la fidelidad. Y esto aparece ya en el Antiguo Testamento. En todo sacrificio que se hacía en el Templo había que echar un puñado de sal, ya que eso justificaba que ese sacrificio era según la Alianza, es decir, que perpetuaba la Alianza. La sal era la garantía de la perpetuidad de la Alianza. Aún más, hay dos textos en los que Dios mismo dice: "He hecho con Aarón un pacto de sal", “Todas las ofrendas elevadas de las cosas santas, que los hijos de Israel ofrecieren á Jehová, helas dado para ti, y para tus hijos y para tus hijas contigo, por estatuto perpetuo: pacto de sal perpetuo es delante de Jehová para ti y para tu simiente contigo.” Numeros 18:19.

Y Así ha dicho Jehová: Si pudieres invalidar mi concierto con el día y mi concierto con la noche, por manera que no haya día ni noche á su tiempo, 21 Podráse también invalidar mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine sobre su trono, y con los Levitas y sacerdotes, mis ministros. "Yo he hecho con David un pacto de sal".  Jeremías 33: 20-21. Esto quería decir que Dios había hecho con Aarón y David un pacto que duraría para siempre, que sería incorruptible.

De manera que la sal era el signo de la perpetuidad, la garantía de la continuidad de la Alianza.

Y ahora dice: "Vosotros sois la sal de la tierra". Es decir, depende de vosotros el que esta nueva Alianza con los hombres siga existiendo. Vuestra conducta será la garantía de que existe esta nueva oportunidad que da Dios a los hombres, esta nueva efusión de su amor a través de Jesús, que ha expuesto en el programa de las Bienaventuranzas, la posibilidad de la creación de esa sociedad nueva que es su Alianza.

"Si la sal se pone sosa (se desvaneciera) ¿con qué salará?". Si la sal pierde el sabor. La frase que usa aquí Mateo es "se pone tonta" o " se vuelve necia", y lo hace a propósito porque es que, al final de este Sermón de la Montaña, viene la parábola de las dos casas: "El hombre prudente, el hombre sensato, es el que edificó su casa sobre roca, y vino la inundación y su casa resistió. Este es el que escucha mi palabra y la pone por obra. El necio edificó su casa sobre arena, vino la inundación y su casa se derrumbó. Este es el que escucha mi palabra y no la pone por obra".

De manera que la sal necia es la comunidad que escucha el mensaje de Jesús, pero no lo practica. Y, entonces, ¿con qué se le dará sabor a esa sal ya? Si están encandilados con el mensaje y en la práctica lo están traicionando ¿quién le va a hablar ya del mensaje a esa comunidad, si se lo sabe de memoria?

"no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.". Es la cosa más despreciable del mundo. La sal que no sala ya no sirve para nada. La comunidad cristiana que, de alguna manera, ya no vive ese mensaje, es digna de desprecio de la humanidad entera. Esto parece cruel, pero tengamos en cuenta que esto no es una ley, sino un proceso, una maduración, que esto es un amor que se va poniendo en práctica. Aquí no estamos hablando de que el Señor obliga a hacer esto, él no obliga a hacer nada, él no ha dicho "Yo mando" en ninguna ocasión. Es que ese Espíritu que recibimos vaya madurando, que vaya llenando nuestro ser y, a medida que ese amor nos llene, sentiremos el deseo de ponerlo en práctica.

Esto está en relación con esas tres bienaventuranzas que hablan de la liberación: "Bienaventurados los que lloran: porque ellos recibirán consolación". "Bienaventurados los mansos: porque ellos recibirán la tierra por heredad.". "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán hartos.". Esto es una promesa de liberación, porque va en futuro, y entonces es: si las comunidades cristianas existen en esa opción, esa es la garantía de que esta obra de liberación va a ir existiendo en el mundo.

Vemos la enorme responsabilidad de los cristianos. Una responsabilidad total. Pero, sin embargo, la realidad es que a muchos nunca se les había dicho esto. El cristianismo que han aprendido nunca les ha enseñado que hay que vivir así. Pero ahora que empezamos a saberlo, vamos a ver si empezamos a practicarlo.

“Vosotros sois la sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere ¿con qué será salada? no vale más para nada, sino para ser echada fuera y hollada de los hombres.” (Mateo 5:13).